miércoles, 22 de mayo de 2013

Mejor prevenir que curar


Está llegando el invierno y con él las enfermedades de los niños. Comienza la época de frío, resfríos y tos. Es por esto que los doctores recomiendan que en este tiempo del año es mejor prevenir que curar.

En los niños las enfermedades más frecuentes en invierno son las de tipo respiratorio de las cuales la mayoría son provocadas por virus y afectan al sistema respiratorio. Aquí podemos encontrar desde simples resfríos hasta enfermedades más graves como neumonitis y las enfermedades bronco-pulmonar. Sin embargo casi todas estas enfermedades comienzan con síntomas similares al de un resfrío.

Lamentablemente no se han encontrado fármacos que prevengan las enfermedades respiratorias virales y las medidas que se pueden tomar son más bien paliativas. La única vacuna que existe es la de la Influenza.

Enfermedades más comunes

Resfriado: Sus síntomas son leves y pueden incluir tos, congestión nasal, temperatura moderada, estornudos y en algunos casos dolor de oído y decaimiento. Su contagio es muy fácil y es por eso que es la enfermedad más común en invierno.

Gripe o Influenza: Es de las enfermedades más contagiosas y severas. Puede derivar fácilmente en infecciones respiratorias agudas como la bronquitis y neumonía. Sus síntomas iniciales son parecidos al resfrío. Se caracterizan por fiebre alta, compromiso respiratorio, congestión nasal, congestión de oídos y decaimiento mayor, sensación de ahogo y malestar general. 
Este tipo de enfermedad es altamente contagiosa. Se trasmite a través de las gotas de saliva diseminadas en el aire al hablar, toser o estornudar, y a través de las manos u objetos contaminados con el virus.
Hay que recordar que la vacuna se puede aplicar sólo a mayores de seis meses y sirve para prevenir y no para tratar la enfermedad ya declarada. Tampoco protege contra el resfriado.
Si el niño ya contrajo la enfermedad las medidas que hay que tomar son: reposo, mucho líquido y llevarlo a una consulta con su doctor.

Virus respiratorio Sincicial: Se manifiesta principalmente en menores de un año y es el principal responsable de enfermedades como la bronquitis obstructiva o la neumonitis. Sus síntomas son: tos incontrolable con secreción, obstrucción, ahogo, falta de oxigenación, diarrea con deshidratación, silbido en el pecho y compromiso general.
Esta enfermedad se puede tratar con inhaladores con broncodilatadores y oxígeno.

Laringitis: Es la zona más angosta de la vía respiratoria. Su inflamación (específicamente en las cuerdas vocales) puede provocar una obstrucción impidiendo el paso del aire hacia los pulmones.
Sus síntomas son parecidos al del resfrío junto con “tos de perro”, afonía y dificultades para respirar por la falta de oxígeno.
Faringitis: Es la inflamación de la zona de la garganta entre las amígdalas y la laringe y se manifiesta con irritación en la garganta, inflamación en los ganglios linfáticos, dolor al tragar, fiebre, congestión nasal purulenta, dolor facial, dolor de cabeza y ciertas articulaciones.

Otitis: Es una de las complicaciones más comunes de la Influenza y afecta principalmente a lactantes y menores de tres años. Sus síntomas no son tan visibles y para las guaguas o preescolares es difícil expresar la dolencia.
Para detectarla es clave ver la irritabilidad al tocarse la oreja. Puede presentar fiebre, nauseas, vómitos, dolor de cabeza, diarrea y somnolencia.

Algunos factores asociados al incremento de enfermedades de invierno son:

Contaminación en el hogar: Se produce por los distintos tipos de calefacción (parafina, leña, carbón) y se agrava por la falta de ventilación de las habitaciones y otros lugares cerrados.
No fume en el hogar.

Hacinamiento: La permanencia por el frío en ambientes cerrados facilita el contacto con personas enfermas o infectadas asintomáticamente.

Humedad: Filtraciones, goteras, teteras encima de las estufas, secado de ropa al interior de la casa o vapores de cocinas mal ventiladas contribuyen a mantener humedad dentro de la casa. Esto aumenta el riego de enfriamiento y provoca cambios bruscos de temperatura al salir al exterior.

Contaminación ambiental: Aumenta en los meses de invierno y es un factor que no se puede controlar. Este tipo de contaminación afecta principalmente a lactantes y niños pequeños.

Algunos consejos para prevenir estos factores

  1. Ventile diariamente
  2. Si el niño está enfermo no lo mande al Jardín o la sala cuna
  3. Utilice preferentemente estufas a gas o eléctricas. En el caso de las estufas a parafina, haga mantención de ellas una vez al año, enciéndalas y apáguelas en el exterior, no las deje encendidas en la noche y trate de dejar una ventana entreabierta para que salgan los gases
  4. Evite fumar dentro de su casa
  5. Tape las filtraciones del techo, paredes, puertas y ventas. Además limpie las canaletas y caídas de agua
  6. Trate de no hervir teteras encima de estufas. Mantenga cerrada y ventilada la cocina mientras prepare alimentos que produzcan vapor
  7. Evite aglomeraciones en ambientes cerrados
  8. Evite el exceso de abrigo en ambientes cerrados o la falta de éste en el exterior.
  9. No encienda chimeneas
  10. Riegue la vereda antes de barrerla para evitar levantar polvo
  11. Si en su casa hay un enfermo con gripe, lave bien sus manos después del contacto con éste


jueves, 7 de marzo de 2013

¿Cómo enfrentar las primeras semanas de clases?


El Jardín Infantil tiene algunas metas, como por ejemplo, darle al niño un sentido de independencia fuera de la casa, enseñarles a relacionarse con otros niños y animarlos a interactuar con otros adultos fuera de su familia. Un buen Jardín ofrece nuevas experiencias fuera de la casa y la oportunidad de aprender junto a un grupo de otros niños.  Además de esto, el Jardín debiera mejorar el desarrollo, la confianza en sí mismo y la auto regulación del niño.

Es importante que los niños asistan al Jardín ya que el ingreso a éste favorece el desarrollo temprano de capacidades y potencialidades humanas básicas y facilita el logro del aprendizajes significativos que tendrán a futuro.

Teniendo en consideración esto, se puede percibir en los niños ansiedad con los primeros días de clases. Es muy probable que muchos niños lloren a la hora de dejarlos en el Jardín. Esta primera experiencia es muy importante ya que la disposición y actitud de los niños durante los primeros días de clases está determinada por distintos factores como su personalidad y el carisma de los mismos profesores. Pero además uno de los factores más importante es la actitud de los padres y el apoyo que le entreguen a su hijo en estas primeras semanas de adaptación. Siempre es bueno contarles a los niños por qué comenzarán a ir al Jardín y familiarizarlos con lo que eso significa.

Durante los primeros días de clases es importante que los padres acompañen un tiempo a los niños en su sala de clases, que jueguen con ellos y traten de involucrar a otros compañeros para generar confianza. También se recomienda que las primeras semanas el niño asista sólo un rato al Jardín para ir así aumentando paulatinamente el tiempo de permanencia en el lugar. Los padres también deben mantener una comunicación constante con la profesora y contarles cuáles son los gustos del niño.

La JUNJI (Junta Nacional de Jardines Infantiles) entrega consejos a los padres para sobrellevar estas primeras semanas de clases:

1.- Cómo ir vestido: Vestir al niño con ropa cómoda y que sea de su agrado. Es importante que los pantalones o delantales no tengan la basta muy larga para evitar caídas. Además hay que preocuparse que los botones estén bien cosidos para evitar que se los arranquen y traguen.

2. Angustia y pena: Cada niño tiene su propio ritmo de adaptación al Jardín. En caso de que el niño tenga pena o llore la recomendación es acogerlo y empatizar con sus sentimientos. Eso le dará tranquilidad. También los padres deben contener su propia angustia frente a los niños, ya que son los responsables de ayudar a sus hijos a regular su ansiedad y pena.

3. Prepararlo: Para que el niño esté preparado se le debe contar que comenzará una nueva experiencia que es ir al Jardín Infantil, donde conocerá nuevos amigos.

4. Acompañarlo: Para darle seguridad se puede dejar que el niño lleve un objeto con el que tenga un vínculo afectivo, como por ejemplo, su juguete favorito o su tuto. También se puede acompañar al niño durante un tiempo no muy largo y despedirse explicando que volverá a buscarlo más tarde, después de una acción concreta como después del almuerzo o la leche.

5. Saludar al personal: También es recomendable generar un vínculo cercano con el personal del Jardín y llamarlos a todos por sus nombres, saludándolos con una actitud positiva y alegre, siendo un modelo para su hijo. Además luego de la jornada se puede hacer una actividad que sea satisfactoria para padres e hijos para darles estabilidad en los primeros días.

6. Conocer alergias: Otro punto importante es informar a las educadoras si el niño es alérgico a alimentos o medicamentos. Además si el niño está con algún tratamiento se debe llevar los medicamentos en la caja y con la receta médica.

Con respecto a los padres, es importante que ellos sepan que pueden ir al Jardín y observar a su hijo en cualquier momento. Además deben ver cómo son los horarios y quienes supervisan a los niños. Los padres tienen que saber qué pasa si es que ellos llegan atrasados a buscar a sus hijos, cómo educan a los niños con relación a ir al baño, cómo manejan los accidentes en el Jardín y qué esperan que los niños lleven al Jardín con respecto a las colaciones.

En esta etapa lo más importante es que los padres entreguen todo su apoyo y contención a sus hijos para que ellos se sientan tranquilos y confiados en esta nueva experiencia.