Está
llegando el invierno y con él las enfermedades de los niños. Comienza la época
de frío, resfríos y tos. Es por esto que los doctores recomiendan que en este
tiempo del año es mejor prevenir que curar.
En
los niños las enfermedades más frecuentes en invierno son las de tipo
respiratorio de las cuales la mayoría son provocadas por virus y afectan al
sistema respiratorio. Aquí podemos encontrar desde simples resfríos hasta
enfermedades más graves como neumonitis y las enfermedades bronco-pulmonar. Sin
embargo casi todas estas enfermedades comienzan con síntomas similares al de un
resfrío.
Lamentablemente
no se han encontrado fármacos que prevengan las enfermedades respiratorias
virales y las medidas que se pueden tomar son más bien paliativas. La única
vacuna que existe es la de la Influenza.
Enfermedades
más comunes
Resfriado: Sus síntomas son leves y
pueden incluir tos, congestión nasal, temperatura moderada, estornudos y en
algunos casos dolor de oído y decaimiento. Su contagio es muy fácil y es por
eso que es la enfermedad más común en invierno.
Gripe o Influenza: Es de las
enfermedades más contagiosas y severas. Puede derivar fácilmente en infecciones
respiratorias agudas como la bronquitis y neumonía. Sus síntomas iniciales son
parecidos al resfrío. Se caracterizan por fiebre alta, compromiso respiratorio,
congestión nasal, congestión de oídos y decaimiento mayor, sensación de ahogo y
malestar general.
Este
tipo de enfermedad es altamente contagiosa. Se trasmite a través de las gotas
de saliva diseminadas en el aire al hablar, toser o estornudar, y a través de
las manos u objetos contaminados con el virus.
Hay
que recordar que la vacuna se puede aplicar sólo a mayores de seis meses y
sirve para prevenir y no para tratar
la enfermedad ya declarada. Tampoco protege contra el resfriado.
Si
el niño ya contrajo la enfermedad las medidas que hay que tomar son: reposo,
mucho líquido y llevarlo a una consulta con su doctor.
Virus respiratorio Sincicial: Se
manifiesta principalmente en menores de un año y es el principal responsable de
enfermedades como la bronquitis obstructiva o la neumonitis. Sus síntomas son:
tos incontrolable con secreción, obstrucción, ahogo, falta de oxigenación,
diarrea con deshidratación, silbido en el pecho y compromiso general.
Esta
enfermedad se puede tratar con inhaladores con broncodilatadores y oxígeno.
Laringitis: Es la zona más angosta de
la vía respiratoria. Su inflamación (específicamente en las cuerdas vocales)
puede provocar una obstrucción impidiendo el paso del aire hacia los pulmones.
Sus
síntomas son parecidos al del resfrío junto con “tos de perro”, afonía y
dificultades para respirar por la falta de oxígeno.
Faringitis: Es la inflamación de la
zona de la garganta entre las amígdalas y la laringe y se manifiesta con
irritación en la garganta, inflamación en los ganglios linfáticos, dolor al
tragar, fiebre, congestión nasal purulenta, dolor facial, dolor de cabeza y
ciertas articulaciones.
Otitis: Es una de las complicaciones
más comunes de la Influenza y afecta principalmente a lactantes y menores de
tres años. Sus síntomas no son tan visibles y para las guaguas o preescolares
es difícil expresar la dolencia.
Para
detectarla es clave ver la irritabilidad al tocarse la oreja. Puede presentar
fiebre, nauseas, vómitos, dolor de cabeza, diarrea y somnolencia.
Algunos
factores asociados al incremento de enfermedades de invierno son:
Contaminación en el hogar: Se produce
por los distintos tipos de calefacción (parafina, leña, carbón) y se agrava por
la falta de ventilación de las habitaciones y otros lugares cerrados.
No
fume en el hogar.
Hacinamiento: La permanencia por el
frío en ambientes cerrados facilita el contacto con personas enfermas o
infectadas asintomáticamente.
Humedad: Filtraciones, goteras, teteras
encima de las estufas, secado de ropa al interior de la casa o vapores de
cocinas mal ventiladas contribuyen a mantener humedad dentro de la casa. Esto
aumenta el riego de enfriamiento y provoca cambios bruscos de temperatura al salir
al exterior.
Contaminación ambiental: Aumenta en los
meses de invierno y es un factor que no se puede controlar. Este tipo de
contaminación afecta principalmente a lactantes y niños pequeños.
Algunos
consejos para prevenir estos factores
- Ventile diariamente
- Si el niño está enfermo no lo mande al Jardín o la sala cuna
- Utilice preferentemente estufas a gas o eléctricas. En el caso de las estufas a parafina, haga mantención de ellas una vez al año, enciéndalas y apáguelas en el exterior, no las deje encendidas en la noche y trate de dejar una ventana entreabierta para que salgan los gases
- Evite fumar dentro de su casa
- Tape las filtraciones del techo, paredes, puertas y ventas. Además limpie las canaletas y caídas de agua
- Trate de no hervir teteras encima de estufas. Mantenga cerrada y ventilada la cocina mientras prepare alimentos que produzcan vapor
- Evite aglomeraciones en ambientes cerrados
- Evite el exceso de abrigo en ambientes cerrados o la falta de éste en el exterior.
- No encienda chimeneas
- Riegue la vereda antes de barrerla para evitar levantar polvo
- Si en su casa hay un enfermo con gripe, lave bien sus manos después del contacto con éste
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