Mucho se ha hablado en los medios de comunicación
sobre el abuso sexual infantil este
último tiempo. Pero es importante aclarar que este tema no es nuevo.
Generacional y socialmente se ha mantenido siempre oculto, no es algo que se
converse abiertamente, pero a raíz de las muchas denuncias que se han escuchado
últimamente vemos que los padres están más alertas y dispuestos a escuchar y
dar sus testimonios.
En el caso de los niños que van al jardín infantil,
que rondan entre los 2 y 4 años, las etapas de desarrollo están en diferentes
niveles. Frente a esto los padres tienen que saber que sus niños están en una etapa de desinhibición que es normal y
esperada. El psicólogo del Jardín La Calabaza, Jasson Berly explica que es
habitual que los niños muestren, se toquen, se observen, se comparen o que
incluso jueguen. Esta es una situación que puede ocurrir en la casa como en el
jardín infantil mismo.
Los niños en su etapa de desarrollo no tienen
problemas con las situaciones de pudor, es por esto que una educación sexual temprana en el hogar
es tan importante.
¿Cómo
hablarle a los niños?
La Asociación de Pediatría entrega un plan de
prevención de acuerdo a cada edad:
- · 18 meses: enseñe al niño los nombres apropiados de cada parte del cuerpo.
- · 3-5 años: enseñe al niño las “partes privadas” del cuerpo y a decir que “NO” a cualquier oferta sexual. Entregue respuestas directas a sus preguntas acerca del sexo.
- 5-8 años: explíquele la seguridad lejos de casa y la diferencia entre el cariño bueno y un cariño malo. Incite al niño a hablar sobre experiencias que le hayan dado miedo.
- · 8-12 años: enseñe al niño seguridad personal. Explíquele las reglas de conducta sexual aceptadas por la familia.
- · 13-18 años: destaque la seguridad personal. Explíquele qué es la violación, las enfermedades sexuales y el embarazo no deseado.
¿Cómo
saber si el niño está siendo abusado sexualmente?
Hay una serie de situaciones que son gatillantes:
hay que saber observar si el niño ha tenido cambios de conducta, de sueño, de
ánimo, si es que está más agresivo o si está temeroso. Aquí es importante
recalcar que estas situaciones no son siempre desencadenadas por una situación
de abuso. De igual forma hay que ponerles atención. Los padres deben poner
atención a los factores gatillantes cuando se dan sostenidos en el tiempo.
Con relación a el qué hacer, por lo general los
padres, si sospechan que su hijo está
siendo abusado, comienzan a preguntarle al niño directamente o denuncian a la
PDI. Jasson recomienda no hacer esto ya que se expone al niño a una situación de “trampa” pensando que algo
malo hicieron y se angustiaría, lo que terminaría llevándolo a cambiar sus
declaraciones.
Si se da el caso en que los padres sospechan que su
hijo podría estar siendo abusado, lo más recomendable, según el psicólogo
Jasson Berly, es que consulten qué hacer con el pediatra de cabecera. Esto se recomienda porque es el doctor que ha
visto siempre a los niños y sabe de su historial. Además él sabrá la etapa en
que se encuentra el niño y podrá dar directrices acerca de qué hacer.
Lo fundamental es que hay que entender que hay
situaciones dentro del desarrollo del niño donde los padres tienen que poner alerta. Lo primero es prevenir, no
atemorizar pero sí enseñar y educar a los niños con los temas que tienen que
ver con el autocuidado o con la pulcritud del cuerpo.
¿Qué
hacer para evitar el abuso infantil?
Les dejamos 7
pasos claros para evitar las situaciones de abuso:
· Conozca los
hechos: los padres somos los responsables de nuestros hijos y somos los que
debemos estar en alerta para evitar que pueda darse una situación de abuso. Una
tercera parte de las víctimas son abusados por miembros de su familia y esto
significa que el riesgo principal proviene de las personas más cercanas. Los
abusadores suelen tratar de establecer una relación de confianza con los padres
de las víctimas y debemos tener en cuenta que cualquiera puede serlo.
· Reduzca los
riesgos: el abuso infantil ocurre cuando un adulto está a solas con el niño.
Debemos tratar de conocer a la persona con quien se queda e intentar que puedan
ser observados por otras personas. Internet es una gran puerta de entrada para
los abusadores, debemos supervisar el uso que puedan hacer nuestros hijos de la
red.
· Hable sobre el
tema: los niños suelen mantener el abuso en secreto. Los abusadores manipulan
y confunden a los niños para que crean que la culpa es de ellos o que lo que
están haciendo es algo normal o un juego, pueden amenazar al niño o incluso
amenazarle con hacer daño a otras personas de su familia. Hablar con los niños
sobre el abuso, adaptando nuestro diálogo a su edad puede hacer que se elimine
la barrera del silencio.
· Manténgase
alerta: debemos valorar con detenimiento las señales físicas como irritación,
inflamación o sarpullido en los genitales, infecciones de vías urinarias, etc.
y otros problemas como dolor abdominal o de cabeza fruto de la ansiedad.
De manera más habitual surgen problemas emocionales o del comportamiento
tales como retraimiento o depresión, exceso de autoexigencia, rabia y rebeldía
inexplicables, etc.
Un comportamiento y lenguaje abiertamente sexual y atípico para la edad
pueden ser también signos de alarma.
· Infórmese, sepa
reaccionar: responder ante la verdad expresando incredulidad o
rabia y enfado puede hacer que el niño intente justificar la acción, que cambie
la versión o que evite preguntas y diálogos que vuelvan sobre el tema.
· Actúe cuando
tenga sospechas: las sospechas dan miedo, pero pueden ser la única
oportunidad de un menor de salvarse (o de varios menores, los abusadores tienen
varias víctimas). Si no nos atrevemos a denunciar, podemos contactar con los
servicios sociales, con los servicios de protección al menor, con el centro de
salud, etc.
· Involúcrese: podemos luchar
contra el abuso, por ejemplo, apoyando leyes y organizaciones que luchen contra
el abuso sexual a los menores.
Es importante
recalcar que para evitar esta situación hay que hablar con los niños de la existencia del abuso sexual y de cómo se
produce, además hay que enseñarles sobre la privacidad del cuerpo y que nunca
deben guardarle secretos a los padres, los niños deben tratar de ser lo más
honestos posibles sobre el tema.
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